jueves, abril 20, 2006

Ficción


No me gustan los recados

que no se pueden parar.

He estado un breve instante

inactivo,

sin la sensación de haber corrido,

pero la desidia puede

disolver el tiempo justo

que nos separa

de los acontecimientos.

Nunca me he fijado

en el devenir.

Entonces,

pero cuando he vuelto atrás,

de la situación,

he adquirido un breve concepto

de la sustancia que se pierde,

que se dice

y observa.

No me ha dejado más

que un camino.

1 comentario:

Unknown dijo...

en el fondo no somos más que descaminos, no delacroix? somos promesas incumplidas, sueños asesinados y desidias que nos alejan de eso que creemos ser, nosotros mismos.

un saludo